hay sangre en la pared diciéndome
que escribir por aburrimiento excede el auto suicidio,
que no tiente a mis musas
porque ayer se fueron y hoy, andan demasiado tristes
como para juntarse con uno
refugio-me como siempre en esas peludas flores verdes
o en alguna rubia con espuma
recreo-me en la nostalgia de cierto pasado ya borroso
o en cualquiera de los varios sinsentidos cotidianos
en este teatro,
redoble de domingo,
escuchando a gillespie,
por si encontrar algo de mar en la melancolía
evitara dicho auto suicidio
por hacer algo más de eso que llamaron poesía
y a mi se me va escapando como el transcurrir de cada día
con el corazón entre algodones
y la cama vacía,
cada vez
hasta de mí,
en este redoble de domingo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario