lunes, 18 de marzo de 2013

"Medio ambiente"

"moriremos todo locos,
todos tiesos,
ahogados por el sistema.
Hay que cuidar el medio ambiente
hablando de medio dónde está el otro medio."
(Carlos Chaouen)

Vuelan mariposas en mi almohada,
duermo poco,
me caigo mucho
y a veces callo demasiado,

catorce mil locos de viaje en mis pupilas,
sabor a gris en mi medio ambiente,
cabezas cortadas
flores mustias

y como dije un día
las cicatrices no paran de hacer fiestas de bienvenida,

aun no se como pude hacer ayer
después de que a mi autoestima
le sobrara el mundo
y pasara por la guillotina,

arrastrome paseando
cuatro gatas callejeras, mis extremidades
sin collar, y mis pulmones colgando,
pido auxilio sin querer llorar.

Qué hacer con el contexto
si presento tanto desamor funesto,
si ya no me queda mas que este vicio
de hablar por hablar,
e intoxicarme las neuronas
dentro y fuera de cualquier bar,

exploro a veces sin saber con que pretexto,
me vacío en ríos
y canto con la boca bajo el mar,
hay momentos en los que expertos
(mis gritos) olvidaron a lo lejos algún consuelo,
algún amigo,
y varios buenos consejos,

sigo a paso viejo
mis destellos en ruinas,
ya no se nadar,
ya no se quienes,
ya no se quien,
quién es quién,

tras el telón, es cuando el teatro
verdaderamente se deja amar.

lunes, 11 de marzo de 2013

"Insomnio"

El futuro es ilusorio
y no duermo
el futuro es un asesino de momentos
y no duermo
el futuro es una pistola en la sien diciendo "¡decide, decide, decide!"
y no duermo
el futuro da miedo
y aunque lo acepto

no duermo.

...Y el insomnio acaba haciéndose laberintos a sí mismo por
entretenimiento

a veces juego
a adivinar el mejor documental que me induzca al sueño
a veces sueño
imaginando la siesta benevolente del día siguiente.

Mañana me desayunaré mi noche
las paredes serán playa
mis inconsistencias al fuego
sus letras ardiendo

y las ventanas serán mar sin cristales

barco rumbo al sin capitán
que ahora lo vuelvo un aspirante
 a objeto prohibido

ya no siento los tacones de sus ritmos en mi pecho
insomnio... ¡desaparece de mis delirios!

y me siento capaz de entonar
una afonía descalza
que observa a lo pronto un camino casi vacío

casi, por eso por ahora me basta
por eso por ahora me basta.

A veces me divierto
a veces escribo
otras ni lo pienso

busco el borde e imagino que me
siento
a pies colgando sobre mi cuerpo

y de pronto me despierto
con las nómadas aves bailando

con el sonido de las olas y el

viento.

miércoles, 6 de marzo de 2013

Lucha mujer

Lucha mujer

no dejes desvalidos
a aquellos que andamos del revés

lucha mujer

que te necesitamos entera
de las neuronas a los pies

lucha mujer.




viernes, 1 de marzo de 2013

"Las matemáticas, mis viajes infinitos, y tus cataratas de besos y miradas"

Axioma 1: Hoy he decidido, en consenso con mi insomnio y la carencia de flores en mi escritorio, mandar a la mierda los versos. De ahí que:

(I)
Pongámonos payasos y acabemos con lo serio, que con la risa al parecer todo duele menos. Ya va tocando que me escriba un poco a mi mismo sobre la necesidad de tocar el suelo, aun sabiendo que este será de piche, que estemos en agosto, y que yo ande ennegreciendome las plantas por exceso de hollín y falta de riego.

Recuerdo que de niño caminaba descalzo entre sombras aguantando quemaduras a base de mirar al cielo y sacrificarme los talones hasta alcanzar la playa, volver a sufrir, y llegar por fin al agua.

Acaso ahora, ya sin playa y con algo más de barba, ¿ no es el mismo caminar? 

Axioma 2: últimamente a las matemáticas les ha entrado la manía de darme la espalda y ya no recuerdo muy bien aquello del orden de los factores y si el producto se llevaba mejor con el polo positivo, el negativo, el norte, o el sur. También reconozco que le he cogido cierta manía al orden, y por eso también vivo por las noches. Recuerdo la pregunta... ¿no es el mismo caminar?

Sombras de tiempos que más que refrescar, ahogan. Pasos, ya no tanto por piche caliente sino por rocas volcánicas puntiagudas con el sol enfrente, ya que con los años, más que caminar descalzo por El Médano (muy babylonizado ya para mi gusto, por cierto), prefiero bañarme en charcos y nadar en aguas claras alejadas de multitudes alienadas.

Al caso, que algún día acabas rememorando esos caminos a pies descalzos y resulta que tu playa está en La Corredera, famosa plaza de Córdoba donde caminar descalzo en verano también tiene que ser toda una odisea. Y entonces llegas al mar y te sientes orgulloso de tu relación con las olas y de tu amistad con la arena, que se te pega y despega, y te calienta con el sol, por si acaso al agua -o a otras más lejanas- les diera por ponerse frías y regalarte algún escalofrío de esos desagradables a las seis de la mañana, cuando aun no te has dormido y hueles el café y el tabaco de tu madre en su ritual pre-laboral cotidiano entrándote por la ventana.

(II)
Pongámonos sinceros y acabemos con este vuelo, pero sólo por un momento, ojos de búho silencioso de la noche, tengo la intención de coger fuerza y volverme a esa casa okupada en las alturas que me ha dado por compartir con una paloma blanca, allá por donde las nómadas gaviotas se sienten cómodas, y donde el olor de las complicidades se escapa cada mañana por las ventanas, por eso de dejarlas siempre entreabiertas. Admito que cada vez me gusta más esta jaima particular en la que vivimos, y ese desierto que nos rodea que, aunque sea de nubes, también nos ofrece sed y hambre, y nos curamos planificando el próximo oasis y dando las gracias a nuestras reservas de ilusiones. Siempre entre delirios y suspiros, entre sueños y teléfonos.

A todas estas, reconozco que me voy a dar un atracón de dátiles con tus labios hasta que no pueda más y tenga que beberme tu mirada, ya me la sirvas hirviendo, tibia o fría, ya que tus palabras siempre serán dulces y no echaremos de menos azúcares o añadidos. La miel está de tu parte por culpa de tu sonrisa, que siempre que me mira parece vestida con su mejor traje. 

Eres raíz y tu voz me habla desde las profundidades, de ahí que me tire de cabeza y me bañe de confianza en la piscina de barro que has instalado en mi sala de espera hacia lo cotidiano, y menos mal compañera, menos mal. Reconozco que siempre fui más de nadar bajo el agua que de volar, pero me has curado el vértigo, por eso ahora puedo permitirme jugar con las palabras, porque vivirte se me hace igual que mirar al infinito, y eso que siempre fui muy de finitudes, a pesar de que a veces el corazón se de la vuelta y te lleve la contraria.

Al final ni queriendo puedo acabar con este vuelo. Va, lo intento, a ver si toco el suelo por un momento y dejo al payaso lejos. He de reconocer que me empieza a dar un poco de miedo eso de ponernos por las nubes, los partidos infinitos y los reencuentros mediados por algún tiempo, te explico.

La verdad es que me llevo mal con los aeropuertos, los anhelos en forma de deseos tan intensos, y los reencuentros, y el miedo surge porque pienso que lo vivido siempre renace, ante cualquier contexto pasado parecido. Cierto es que este miedo tiene muchos peros y me alegro, de ahí mi viaje inesperado y la longitud de este texto.

(III)/ Corolario

Mierda ! que miedo ni que texto ! 

si primero mando a tomar por culo los versos, luego parece que ando desafiando mares, y hasta voy quemando las banderas de mis naciones occidentales del pasado.

La confianza y la calma son viajes a través de nubes blancas en una alfombra con la mejor caligrafía árabe y tus colores preferidos, por eso me gusta viajar contigo, y disfrutar de tantas, como tu dices, "cataratas de besos y miradas".

Me repito con alegría, y cada vez con menos alergia al vértigo de no andar mucho por el suelo ...

y eso de volar nunca pensé que fuera tan en serio, 

ni tan alto...