sábado, 10 de noviembre de 2012

La cuarta dimensión.. desde El Mundo de Dawidh (2ª parte)

La tan esperada segunda parte del relato


...y armándote de valor (o apoyándote en el alcohol de la noche anterior) te giras. Y descubres… y descubras una hermosa mujer probablemente la mujer más hermosa que nunca hayas visto: dentadura perfecta y blanca, una lacia melena rubia, unos profundos ojos azules, unas medidas perfectas. De nuevo no te brotan las palabras pero esta vez por motivos muy diferentes…

       - Ugghat…sonnn – logras decir en un uso magistral de la lengua cervantina
       - Oh! No hay duda: eres nuevo por aquí – responde ella con una amplia sonrisa
       - …Aquí… - bien, ahora ya sabe que no eres extranjero tan solo gilipollas
       - Sí – responde mientras ríe – por esta dimensión
       - …Qué? … - ya casi tienes el Premio Príncipe de Asturias de Literatura… último esfuerzo
       - Sí, acabas de llegar a la cuarta dimensión. Tus ropajes te delatan –

Espera, espera, espera… ¿Cuarta dimensión? Y lo que es peor… estoy despeinado, con barba de tres día, probablemente huela a choto y este bellezón ¿se está fijando en mis “ropajes”? Aquí algo no está bien

       - Perdona, ¿has dicho cuarta dimensión? – felicidades, has unido coherentemente más de tres palabras
       - Sí. Eres uno de los afortunados que ha encontrado una portal interdimensional – responde ella totalmente convencida de lo que dice

Ahora sí que estás flipando ¿portal interdimensional? Sí, claro y Lance Armstrong es un ejemplo de trabajo y superación… Pero lo peor no es eso: lo peor es que en tu interior algo dice que te acabas de enamorar, una vez más te has enamorado de una loca ¿por qué siempre están locas? Pero centrémonos, no estamos hablando de ella, estamos hablando de un portal interdimensional… He encontrado un portal interdimensional te dices mientras ves como un conejo gigante con una servilleta a cuadros blancos y rojos (no podría ser de otra manera, es una dimensión más no un universo diferente) persigue a un hombrecillo que es una mezcla entre Karlos Arguiñano y Frodo Bolson.

“Bueno, creo que es el momento de dejar de beber y de cambiar de compañías” y es que tu madre tenía razón el Rizoma ese no iba a traer nada bueno. Pero en ese momento conectas con el mundo “real” y aquellos preciosos ojos siguen instalados ante ti.

       - Sinceramente, creo que anoche bebí demasiado – le dices a tu nueva amiga
       - No, no, no me escuchas – eso te suena – has encontrado un portal que comunica dos dimensiones
       - No, yo solo entré al baño de las mujeres, es que… - replicas
       - Es que nada… ¿por qué los humanos sois tan cerrados de mollera? ¿por qué solo puede existir vuestro universo? ¿por qué sois tan ombliguistas? ¿por qué? ¿por qué? ¿por qué?

Está claro que aunque se trate de dimensiones diferentes siempre tenemos puntos de unión” piensas mientras recuerdas a Mourinho.

       - Y además te pones a pensar en futbol!!! – te suelta el bellezón mientras clava esos ojos que antes te parecían preciosos y ahora te dan miedo en ti
       - Perdón ¿cómo sabes que pensaba en…? –
       - A diferencia de vosotros – te corta – en esta dimensión trabajamos para conseguir un mayor rendimiento cerebral y no solo pensar en balones y tetas… que ya me las has mirado tres veces y sí, sí son naturales… (cretino)

Sin saber dónde meterte bajas la mirada al suelo.

       - Qué mono eres cuando te pones rojo – dice

¡Joder! Además de leer la mente también puede ver lo que quiera” piensas…

       - No, lo que pasa es que te estás comportando como el niño que quiere dar el primer beso – te dice

Sí, no ha duda, estás enamorado, te dan igual las dimensiones, los universos, los besugos en bicicletas que ArguiFrodo esté vivo o muerto o que el conejo haya sufrido una indigestión… lo único que te importa es ella, la única que te importa es ella. Levantas la vista del suelo, miras directamente a sus ojos azules mientras avanzas hacia ella, mientras la tomas por la cintura y la besas.

Te fundes en el beso perfecto, un beso a los “Love Actually”, un beso histórico, mágico, un beso que como tú al caer al abismo de la cuarta dimensión quedará suspendido hasta que de nuevo abras los ojos y los abres… ahora sus ojos ya no son azules, son oscuros e inmensos. Ahora sus ojos no son tensos, ahora están cargados de odio y rabia. Ahora a sus labios perfectos le rodea una perilla peluda y sus redondos y naturales pechos no son más que fornidos pectorales bajo una camiseta de Los Suaves…

Poco a poco te separas de “tu amada” mientras ella o ahora él te recoge del suelo y te levanta mientras tu cabeza golpea de nuevo la taza del váter del baño de mujeres, para terminar más tarde contra la pileta tras esquivar con más pena que gloria el marco de la puerta. Arrastras cruzas todo el bar, solo ves el tatuaje del portero, los zapatos y botas de los allí congregados y un par o tres colillas… ya no suena Gabinete Calagari, suena un cantautor imitando a Calamaro, como tú: con más pena que gloria. Y ahora, que ya estás acostado en la acera después de haber barrido todo el bar, ahora que la gente que pasa en bicicleta ya no son besugos (bueno alguno sí pero no besugos de los que nadan por el fondo del mar), ahora que en vez de ver a conejos corriendo tras cocineros tan solo ves personas que te esquivan con cara de asco, miedo y pena, ahora, ahora la echas de menos pero has descubierto una de esas preguntas que se hace la humanidad ¿por qué las mujeres van de dos en dos al baño? Está claro, para no caer en la cuarta dimensión.

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