Noches
donde unas luces brillan despistadas
sin saber que pasa
o simplemente preludiando resacas
y donde las otras,
que han visto la historia y no dicen nada
viven sin querer
en nuestras miradas que no les alcanzan
muertas hace siglos
y hoy doblemente asesinadas
por farolas coches ventanas
y en origen
por el continuo e infecto reflejo de lo urbano
que produce la gente en sus trabajos
No hay comentarios:
Publicar un comentario