Otra mañana,
otro incalificable despertar.
Y me desgasto
desayunandome por dentro,
y me pierdo
tras las nubes de mi escalera.
No puedo ver,
y ya no sé si camino por mis entrañas,
o desayuno mis pisadas.
Pum!
me caí,
y soné a cristales rotos,
mientras el vaso del que bebía
seguía intacto,
pero como riéndose.
No hay comentarios:
Publicar un comentario