miércoles, 23 de abril de 2014

Leete algo lelo, luego calla y vete. (A Pizarnik y a Cortázar)

Lee, lee lelo. Viaja, adelántate a la suerte y pervierte cada revés estando presente. Lee algo lelo, léelo y luego mírate si ha cambiado algo en tus neuronas y queda alguna que se salve del retrete. Pero cuídate de la mierda que siempre se te pone enfrente y te la venden como si fueran las lecturas del presidente, aunque quizás... también, así que elige no limpiarles el ojete y cúrrate buscarte alguna aventura literaria que te saque de las entrañas algo más que los dimes y diretes con los que cada día sueño que no me deleites, ya las tragedias románticas se han vuelto la pornografía del autocomplaciente, que el realismo mágico de los latinoamericanos no haya sido en vano. Porqué es tan difícil conocer las buenas letras en el presente, y sólo es en el futuro cuando éstas son pasado, que se reconocen como autoras y autores legendarios de los párrafos dibujados. La industria corrupta coopta y secuestra espacios literarios para vendernos sus bestsellers de autoayuda o del oportunista lameculos de Reverte. Y así, siento que nadar a contracorriente es la única manera de acabar con el malo de rockefeller y rendir un homenaje salvador a quien escribe desde el caos y con pasión. Esto va pa Julio y Alejandra con amor, mis salvadores de naufragios en esos parajes oscuros donde las ventanas de tu cuarto se vuelven imponentes acantilados gritándote desde abajo con la furia del agua dibujando rocas y bajando por barrancos hasta llegar al mar para morirse...y también para salvarse.

Leete algo lelo, y luego calla
déjame con mis fantasmas.

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